Honor

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De un tiempo a esta parte, familias antiguas limeñas se han visto involucradas en escandalos que llenan las paginas policiales de los periodicos.

Parece que los actuales miembros de clanes que conservan apellidos linajudos desconocen las mas elementales reglas del codigo de honor de los caballeros.

Los Quevedo nos regimos por normas de vida. En adelante, presentamos una seleccion rapida que ojala ayude a evitar nuevas deshonras.

Siempre protegemos a los debiles. Ancianos, bebes, niños y viudas desamparadas reciben nuestra atencion solidaria.

Somos amigos de los poetas y pintores. Asimismo, cuidamos de todos los creadores, sean trovadores, danzantes o actrices.

Si alguna de nuestras abuelas, madres, hermanas, hijas o nietas es ultrajada, buscamos al villano a plena luz del dia y lo retamos a duelo a muerte. Si el enemigo es de un fenotipo que supera en quince kilogramos a nuestro luchador podemos usar armas. De preferencia sable o espada.

Los Quevedo no pedimos permiso. Nos abrimos paso con un alerta.

Nunca nos mudamos. Estamos obligados a vivir en casas. No podemos usar departamentos en edificios. Ante la incomoda eventualidad que a una de nuestras hermanas o hijas le toque un marido ocioso levantamos un cuarto hacia arriba.

Si alguno de nuestros parientes decide edificar un hogar, debe tener en cuenta que sera para toda la vida. Por lo tanto, tendra las dimensiones y ubicacion tal que pueda mantenerla para siempre. Un Quevedo solo sale de su casa en posicion decubito dorsal en un cajon de madera.

Los Quevedo son mil veces denunciados. En los tribunales solo nos defendemos. Estamos prohibidos de denunciar a alguien. No ventilamos nuestros asuntos familiares en comisarias corruptas. Si alguno de los nuestros es humillado o estafado hacemos justicia con las propias manos.

Los Quevedo no confiamos en el Poder Judicial. Menos en los magistrados que resuelven asuntos penales y estan dominados por el acnoso Nakasaki y el mofletudo Ghersi.

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